Al certificar un proyecto, se estará avalando que este tiene la capacidad de:
Asegurar la disminución de los costos asociados a operación y mantenimiento del proyecto.
Asegurar la reducción de la cantidad de residuos provenientes tanto del proceso de construcción y demolición como de la operación del proyecto, además de valorizarlos y gestionarlos en forma sustentable.
Asegurar el uso eficiente de recursos: agua, energía, materias primas, mejorando considerablemente no solo el desempeño energético e hídrico sino también utilizando materiales y productos de construcción que reduzcan al mínimo sus impactos potenciales en el medio ambiente.